Este sábado mi paseo pajarero fue por lugares poco habituales. Mi primera parada fue en las Salinas de Santa Pola donde estuve dando una vuelta observando a las Canasteras comunes (Glareola pratincola) y los Charrancitos comunes (Sternula albifrons).
La verdad es que había gran cantidad de pájaros por allí, numerosos Flamencos comunes (Phoenicopterus roseus), Gaviotas picofinas (Larus genei) y Gaviotas patiamarillas (Larus michahellis). Con ellas por cierto, tuve un intercambio de impresiones. Estaba yo cerca de la torre del Tamarit y me acerqué a observar un grupo de flamencos y picofinas que estaba en una laguna cercana. De repente, algo pasó rozando mi pelo, era una patiamarilla que había hecho un vuelo directo hacia mi cabeza y había pasado a una distancia de un palmo escaso. No me hizo nada, pero me dejó bien claro después de varias pasadas que no era bienvenido por allí, supongo que tendría a sus polluelos cerca aunque yo no los viera. Así que sólo me quedaba retirarme con cuidado de no molestar a nadie.
A la Laguna de la Mata
De Santa Pola volví dirección a Torrevieja pensando por el camino si hacía una parada en Guardamar, la idea era visitar el Cabezo pequeño del estaño y pasar un rato entre las ruinas fenicias, pero finalmente decidí que otro día me dedicaría a la arqueología, hoy tocaba pajareo.
Seguí hasta la Laguna de la Mata y realicé mi habitual paseo desde la casa forestal hasta el observatorio de la cigüeñuela. Un paseo muy agradable donde pude observar Paloma torcaz (Columba palumbus), un par de Cernícalos vulgares (Falco tinnunculus), Abubillas (Upupa epops) y algún Alcaraván (Burhinus oedicnemus) que pasaba volando a lo lejos en dirección a las viñas.
Entrando a la cigüeñuela, vi una gran tela de araña que estaba justo en medio del camino. Su propietaria estaba esperando pacientemente a que cayera alguna presa y como no podía pasar sin romper la tela, desestimé la opción de echar un vistazo por allí. Cuando estaba echando un vistazo a la orilla desde el camino (cigüeñuelas, flamencos, chorlitejos patinegros, zampullines cuellinegros y algún tarro blanco), un gran insecto se paró justo en la baranda de madera que bordea el camino.
La mosca
Al principio pensé que era una avispa, pero se movía de forma muy extraña, movimientos rápidos y certeros, no podía ser un himenoptero. Le tiré una buena andanada de fotos mientras no paraba de moverse. Parecía un díptero, es decir una mosca, pero nunca había visto una mosca como esa.
Ya en casa hice una labor de investigación y llegué a la conclusión de que lo que acababa de ver era una Mosca cazadora (Pogonosoma maroccanum) una especie que no es muy habitual por nuestra zona pero que por lo que he podido encontrar sí que se ha estado viendo desde hace unos años por aquí.
Me he pasado un fin de semana muy entretenido con mi mosca cazadora, un bicho que no se ve todos los días.