Hace tiempo que no paso por aquí a explicar mis correrías campestres por el sur de Alicante, pero eso no significa que haya dejado de salir al campo siempre que puedo. A veces, por diversas circunstancias no puedo desplazarme fuera de la ciudad, lo que no quiere decir que deje mis aficiones pajareras de lado.
Eso es lo que pasó hace un par de semanas cuando una mañana de sábado me dispuse a visitar uno de los parques de Torrevieja que todavía no conocía, el Rincón de Asturias. Siempre había pasado cerca, pero por diversas causas no había podido pasear por él, así que esa mañana era una buena ocasión.
Llegando al parque lo primero que me llamó la atención es que había bastante gente paseando al perro. Mal empezaba la mañana, ya me temía (y luego lo confirmé) que me iba a pasar la mañana saltando excrementos perrunos. Sin embargo, nada más llegar empecé a ver diferentes especies interesantes. Algunos Petirrojos europeos (Erithacus rubecula) se mostraban correteando por el césped, bastantes ejemplares de Mirlo común (Turdus merula) y Gorrión común (Passer domesticus) volaban entre la vegetación. Me sorprendió la cantidad de arboles de buen tamaño que hay en el parque.
Por desgracia, también me sorprendió para mal la cantidad de basura que había por todas partes, una verdadera vergüenza, por suerte en otras visitas al parque he constatado que la limpieza ha mejorado algo, pero aquella mañana entre las cacas de perro y la basura la estampa era desoladora.
En cambio, sólo paseando por el parque pude escuchar entre los árboles al Carbonero común (Parus major) y también algunas Currucas cabecinegras (Sylvia melanocephala). Me aposté en un banco un rato a observar unos bebederos que alguien había tenido a bien poner para disfrute de los pájaros. Allí pude ver un buen número de Currucas capirotadas (Sylvia atricapilla), un Zorzal común (Turdus philomelos) y algunas Tórtolas turcas (Streptopelia decaocto). De repente un pequeño pajarillo se puso a beber y en un vistazo más detallado, era un Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus), una especie que no había podido ver nunca. Había merecido la pena saltar las cacas y esquivar la basura.
Torcecuello en las palmeras
Sin embargo, la mañana todavía me iba a deparar una sorpresa aún mayor. Echando un vistazo a las copas de los arboles, vi algo que se movía por el tronco de una de las altas palmeras que estaban cerca.
Un bicho raro, que no había visto nunca y que no paraba quieto. ¡Era un Torcecuello euroasiático (Jynx torquilla)! Una especie que siempre había querido ver y que aunque supiera que se había visto sobre todo en El Hondo siempre me había sido esquiva y la tenía en un parque al lado de mi casa.
Estuve un buen rato intentando tirar algunas fotos al torcecuello que no paraba quieto y se movía de una palmera a otra continuamente. En uno de los árboles cercanos pude ver otro ejemplar que se posó en la parte más alta de la copa. Dos torcecuellos el mismo día.
A veces encuentras especies raras en los lugares más insospechados, sólo hay que tener los ojos bien abiertos.
Feliz con dos bimbos en la cámara, di por terminada mi primera visita al Parque Rincón de Asturias, no será la última.